La figura del transportista está presente en nuestra vida cotidiana aunque, con frecuencia no nos paramos a pensar en ello. Un transportista es el que nos hace llegar ese paquete que un familiar nos manda cuando estamos lejos, igual que es un transportista el que se encarga de que los productos de nuestra fábrica sean distribuidos a tiempo y en perfecto estado a todos nuestros clientes.
Existen diferentes modalidades de desarrollar su actividad para un transportista. Una gran mayoría han optado por trabajar como autónomos, responsabilizándose de todo el mecanismo que implica este tipo de trabajo, desde el mantenimiento y puesta a punto de su vehículo a la búsqueda de posibles clientes.
Este último no es precisamente uno de los aspectos más sencillos de resolver para un transportista. Además de encontrar clientes con continuidad, es importante poder sacar el máximo rendimiento a cada una de las rutas que acomete cada transportista. Lo más interesante es no volver de vacío después de ningún encargo. En los últimos años esto se puede conseguir fácilmente incorporándose a una red, una medida muy útil para el transportista que así tiene acceso directo a todo tipo de encargos.
Para cualquier transportista esta es una opción muy interesante porque no requiere ninguna inversión especial. Basta con tener una conexión con internet y algún sistema de localización, tipo GPS, que permita un seguimiento inmediato de la ruta que se está realizando. Una excelente opción para un transportista que quiere abrirse a un mercado con multitud de diferentes clientes.